jueves, 5 de febrero de 2009

Guerra

Veo que el dia a dia se parece demasiado a una batalla.

Estar al frente de un pelotón diezmado por las bajas, luchar cada día entre trincheras, arrastrándose bajo las balas enemigas para alcanzar los objetivos, recibiendo órdenes contradictorias de nuestros mandos, algo que desde luego no nos va a llevar a la victoria, sino que conseguirá que nos vayamos dejando la vida inutilmente por una guerra con un fin nada claro, y en la cual cualquier día pueden firmar la tregua o retirarse sin importar cuantas heridas hayamos recibido, cuanto hayamos expuesto nuestras vidas, ni cuantos compañeros hayan caído en esa inutilidad.

No puedo evitar sentirme así cada día, al volver de esas malditas trincheras.

No hay comentarios: