martes, 29 de diciembre de 2009

Voz del fin del mundo. Un poema.

No sé si soy poeta,
pero el fin del mundo está
demasiado lejos para mí.
Probablemente viva ya en un fin perpetuo,
que no es mundo,
que no se escribe,
que no es poético.
Pero que tiene forma de comienzo.

Quizás fue anoche cuando estuve allí,
en un risco al borde del fin del mundo,
donde ya mundo no queda.
Yo llevaba los ojos tapados,
quizás por eso no te vi.
Los llevaba para encontrar el fin,
para que los cuchillos que ponen final a las cosas
me cortaran y me hicieran sentir.

El fin del mundo es un sitio extraño,
dije al vacío,
uno encuentra aquí lo que encontró en vida,
lo ve paseando al filo del abismo,
sin hacer preguntas,
sin empujarte hacia abajo,
y te mira y te sonríe.

Es la cercanía del fin del mundo, dijo una voz de mujer,
que te vuelve sabio.
Pero el viento escondía sus palabras.

No es mi mundo, dije yo,
y tampoco el de nadie.
No sé por qué tendría entonces
que tener fin.
Y me senté al borde del acantilado.
Me destapé los ojos.
Vi la nada,
y me sentí ciego.

Pero es el final de las cosas,
dijo la voz, oculta por el viento afilado,
donde viene la gente
sólo para ver si de verdad hay algo que termina.

El viento soplaba frío,
me envolvía con voz de mujer,
pero se llevaba sus palabras.

Miré hacia delante
y hacia abajo,
pero no había deseo de saltar.
Allí sólo había negrura poética,
un vacío gigante,
un acantilado de emociones que caían,
y millones de ojos que buscaban encontrar algo mirando allí donde todo acaba.



lunes, 28 de diciembre de 2009

Toletum

La belleza de la neblina en un día lluvioso.



Feliz Cthulhu-navidad


Sectarias y sectarios vari@s, aquí va una felicitación de lo mas original. No soy dado a felicitaciones navideñas, pero ésta merecía ser vista. Es de un web que se llama Play it again, Sam. Espero que os guste :)

Besos y abrazos a tod@s.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Navidad

Olvidaba lo que era estar tan jodidamente triste. Querer sólo encerrarme y no salir. Querer estar ahora con quien me he resignado a no estar. Querer mandar todo a la mierda. Querer irme a algún lado y tener a alguien con quien irme. Querer volver a tener familia aunque aún la tenga. Querer que mi padre no se hubiera muerto. Querer no sentirme tan solo.

Recuerdo un día en que golpeé una pared. Casi me rompo un hueso. Ésa es la jodido rabia que siento ahora.

Asco de todo.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Entre bambalinas

Sí, lo sé. Mi novela es muy rara. Pero ya está escrita, no voy a cambiarla ahora.

Mejor escribo otra.

(Son las 23:40. Es tarde y tengo sueño y estoy cansado. Permitidme este pequeño delirio).

jueves, 17 de diciembre de 2009

Mis relatos en internet

Internet es fantástico, pero tratar de ponerle orden es imposible (quizás dentro de 20 años, quién sabe), así que salvo que haya algún directorio que recopile información específica, hay que buscar a propósito para encontrar. Todo esto viene porque se me ha ocurrido hacer una recopilación de mi presencia en internet.

Porque aparte de este blog, también existo en otros sitios. ¿Alguna vez habéis probado a buscaros en Google? Pues eso :-p

Bueno, ahí van relatos míos en la red:

-"Fingir la muerte de Gaia", en la revista electrónica NGC 3660.
-"Mira hacia la ventana", también en NGC 3660.
-"Metal, números, gris", en el número 3 de la prestigiosa revista electrónica Artifex (4ª época). De esta publicación estoy particularmente orgulloso :)
-"Tordera", en la revista electrónica Yambria. Es un cuento de mi primera época en el taller literario.
-"La cola de la serpiente", también en Yambria. Y también un cuento de la época de taller. Un poco raro, sí, lo reconozco.
-"Si me pides que lo escriba", en Yambria. También de taller, y de éste no estoy especialmente orgulloso. Es demasiado tendencioso. Pero bueno, cosas que uno hace para aprender.
-"Murmullos", en Yambria. Un cuento poco original e inmaduro. Pero curioso porque es de lo poco que tengo del género de terror.
-"Mira hacia la ventana", de nuevo en Yambria. Además el editor incluyó una frase de lo más halagadora.
"170", en Yambria también. Un cuento cortito que por alguna razón me gusta.

Yéndonos más atrás en el tiempo, al período pre-taller literario, hay algunos cuentos.
-Uno en la web "La guarida del lich" de mi amigo Jorge (dungeonero): "La sangre de los condenados", basado en el juego de rol "Vampiro."
-Curiosamente este relato lo han publicado en otras webs y me he enterado de casualidad. Qué cosas tiene internet: Aquí, o aquí, y algún otro hay.
-También otro cuento en "la guarida del lich". Ésta vez basado en el juego de rol "El señor de los Anillos". Se llama "En buena compañía"

También hay una reseña sobre una aventura conversacional para Spectrum que hice hace muuuuchos años (en 1989!!!!), con gráficos de mi amigo Raúl Ortega. Las aventuras conversacionales son ésas en las que sólo se escribe. Dices lo que quieres hacer y el programa te dice los resultados. Se parece a los juegos de rol jejeje.
Está en el wikiCAAD.

Por otro lado, un artículo que hice sobre "Las brujas en la edad media". Está en mi antiguo web de Ars Magica (un juego de rol), y en otros webs en internet.

Y, por supuesto, los cuentos y poemas publicados en este mismo blog!
-"Niebla densa que señala el camino"
-"Tan fácil como soñar morir"
-"Desconfiar" (poema)
-"Tenebrae (una escena)", un ensayo para una ambientación propia de un juego de rol
-"Tenebrae. Dioses olvidados". Otro cuento sobre la ambientación de rol. Éste más completo.
-"Dormir" (poema)
-"Hospitales, mariposas". Esto lo escribí tras visitar a una amiga en un hospital y ver la horrible vía que tenía en la muñeca. Me recordó demasiado a mi padre y tuve que desahogarme escribiendo esto.
-"Ruido de lluvia. Un poema". Fue un día terrible para mi ánimo, y salió este cuento-poema. Que, por cierto, me encanta.
-"Enigma, semblanza". (poema)

Recopilado queda :)

Ya he calmado mi ansiedad y mi sensación de dispersión en esta Internet infinita!

viernes, 11 de diciembre de 2009

Mi vieja web "El Heraldo de Hermes" de Ars Magica

Qué sorpresa me he encontrado hoy al ir a buscar algo de Ars Magica en internet y encontrarme con que mi viejísima página de Ars Magica, El Heraldo de Hermes , sigue viva!. Data ni más ni menos que de 1997. Pensé que ya no estaría en internet después de que la clausurase. Pero me ha quedado claro que en Terra mantienen las webs aunque las olvides ;)

Para nostálgicos y curiosos:

Esta página era una recopilación de material tanto propio como de terceros de ese gran juego de rol que es Ars Magica, ambientado en una Europa medieval alternativa, muy cercana a la histórica. En esa época había muy pocas webs del juego y menos aún en español. La página creció bastante y llegó a tener bastante material. Fue una buena experiencia :)

jueves, 10 de diciembre de 2009

Expocomic 2009

No está mal. Siempre anima mucho una visita friki de este estilo, y mas unas compritas.

A saber:

La broma asesina, cómic de Alan Moore de Batman. Hacia tiempo que quería leerlo, ya que dicen que es tan bueno.

Muerte, el alto coste de la vida, del gran Neil Gaiman en su época de Sandman. Me encantó ese cómic y quería tenerlo.

Y otras frikadas: muuuchos dados d10, tazas frikis y un Spiderman negro con ventosas para el coche ;)

Pero hablando del Expocomic, lo he encontrado idéntico al de otros años. Casi los mismos stands y en el mismo lugar. Incluyendo el de comida japonesa (que olores a especias por todas partes) y el de gominolas al peso.

Siempre es bueno para encontrar ofertillas y ver de un vistazo todo lo nuevo.

Ah, Neil Gaiman acaba de sacar un cómic de Batman. Qué cosas. Ya le echaré el guante :)

lunes, 7 de diciembre de 2009

Laboratorio de Rol. Nuevo blog rolero.

Inicio un nuevo blog, pero éste orientado exclusivamente al mundo del rol.

Mi intención con este blog es que haga de repositorio de todo el material de rol que he creado y voy creando. Tanto material de hace tiempo (sobre todo módulos) que tengo en el disco duro acumulando polvo, como material nuevo (nuevos módulos, y también mejoras de juego, reglas, ambientaciones, ideas para módulos y campañas, etc).

Pues eso, un auténtico laboratorio.


Que lo disfrutéis.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Cumpleaños

No hay día más triste que un día especial. Las sombras dejan de serlo para convertirse en un pozo de paredes afiladas que se ha hecho más profundo.

jueves, 20 de agosto de 2009

Un tipo duro


Cita de Phillip Marlowe, en la peli "El sueño eterno":

CARMEN STERNWOOD: Es usted guapo.
MARLOWE: Sí, y cada minuto que pasa lo soy más.

Qué tipo más duro, este Bogart ;)

martes, 18 de agosto de 2009

Niebla densa que señala el camino. (relato)

Demasiado oscuro como para ver algo. Demasiado como para pensar siquiera. La niebla ocupa todo. Es fría, húmeda. Me cala los huesos, y no sirve de nada que me apriete más el abrigo. Todo es oscuro, incluso este abrigo, y toda mi ropa. Sólo parece brillar mi cara, tan pálida como la niebla que me rodea. Me pego a la pared de este callejón, mientras delante de mí intuyo las figuras que pasan, sin verme ni sentirme siquiera. Caminan sin detenerse, lentas pero sin cambiar de dirección. De vez en cuando veo algún vestido blanco de mujer. O ropas negras de hombre. Pero no hay otros colores.


La misma niebla amortigua las pisadas. Parecen infinitas. Pasan continuamente, siempre en la misma dirección, y yo me siento mareado. No los distingo, pero sé que caminan adormecidos, sin voluntad ni conciencia. No dudan, ni temen. Aunque ese camino lleve adonde sé que lleva.


La sombra aparece de nuevo a mi lado.


“En algún momento vas a tener que salir y caminar tú también”, dice. Me tortura.


“Sabes que yo no elegí este final”, le digo.


Pero es absurdo quejarme. “¿Acaso importa?”, me contesta. Y se ríe de mí. Es una risa demasiado macabra.


Las pisadas siguen sonando como un río. En realidad se podría decir que es un río. Lleva hacia ese final adonde nadie desea realmente ir. Te arrastra aunque no quieras.


No puedo evitar mirar por un momento a la calle, y entre la niebla me parece ver una cara demasiado conocida. Una cara que nunca hubiera querido ver aquí. Me fallan las pocas fuerzas que me quedan y me dejo caer al suelo. Busco a la sombra, desesperado.


“¿Por qué te tienes que llevar a más personas?”, le digo. Pero en realidad estoy gritando, aunque mi voz no se oiga más allá de este callejón, en mitad de la oscuridad y la niebla y la terrible humedad que se cuela hasta lo más profundo del alma. “¿No tenías bastante conmigo?”.


Por un momento no oigo nada, aparte de ese río de pisadas que continúa, y entre ellas las de la figura que he visto. Después, cuando pienso que ha transcurrido toda la eternidad de la muerte, escucho de nuevo la voz susurrante de la sombra.


“¿Quién dice que yo elijo? ¿Quién dice que soy yo quien marca el final de alguien?”.


Al oírlo, pienso que incluso haya algo de sentimiento en esas palabras. Pero posiblemente sea mi propio delirio, el efecto del frío de la muerte que me envuelve. Miro hacia la sombra. Veo su figura. Sólo ligeramente humana, aunque demasiado alargada y encorvada hacia delante, toda ella un manto oscuro sin definir claramente. Fluye como humo oscuro, desdibujado por la niebla.


“No hay opción entonces”, digo, resignado.


Me pongo de pie. Me tiemblan las piernas. Apenas tengo fuerzas para moverme, pero sé que en cuanto salga a la calle, caminaré sin esfuerzo, sin detenerme, junto a todos los demás, hasta llegar al final del camino. Me asomo a la calle, dándome un último instante antes de entrar mientras miro hacia el fondo, tratando de volver a distinguir aquella figura. Pero no la veo.


“Piensa que al menos podrás estar con esa persona”, me dice la sombra. Y esta vez estoy convencido de que hay compasión en su voz.


“No hace falta que me mientas”, le digo, y sonrío amargado. “Si no hay vida, no hay nada más”.


Doy un paso, y el camino me absorbe.


sábado, 25 de julio de 2009

Tan fácil como soñar morir. (relato)

-Ayer soñé que me moría -le dijo.

Pero no se atrevió a decirle que ella también estaba en el sueño. Muy cerca. La miró a los ojos. No sabía siquiera si lo estaba escuchando. Sus ojos lo miraban sin verlo. Pensó que antes siempre eran alegres.

-Soñé que ya no me quedaba tiempo -continuó.

Tiempo para decir lo que hubiera debido, pensó. Pero sentía que hablaba a la nada. La miró y miró alrededor y de nuevo le pareció que no quedaba tiempo. Ella no respondía. No escuchaba. No miraba. Sólo estaba. Todo a su alrededor era muy extraño. Todo iba muy despacio, como si flotara.

-¿Sabías…? -siguió, aunque no le escuchara. Pero dudó. No le salían las palabras- Tú estabas en mi sueño.

Ella tampoco contestó, y él no se atrevió a continuar. Pensó en sus palabras en el sueño, en su despedida. Se fijó en su pelo. En su rostro. No dijo nada más. Notó el peso del silencio absoluto que había a su alrededor.

Entonces ella se marchó, de repente, sin despedirse. Simplemente como si tuviera que irse ya. Caminaba como una autómata. Él la observó y no tuvo fuerzas para decir nada. Se apoyó en la pared. Su color era difuso. No recordaba si era azul o violeta, o quizás gris. Volvió la cabeza hacia la ventana. El exterior estaba borroso. Tocó el cristal. Pensó que no parecía traslúcido. Tampoco sucio.

Suspiró, entristecido, mientras miraba por dónde se había ido ella. Percibía todavía la sensación del sueño. Notaba su abrazo, y el dolor de saber que iba a morir tan pronto, sin haberse atrevido a nada. Todo era tiempo que había perdido, pensó. Caminó hacia el pasillo, mirando en torno suyo, despacio, con resignación. Se cruzaron con él varias personas. Una secretaria pasó borrosa a su lado. No se distinguía su cara, pero sabía que la conocía. Otro chocó con él. Era un tipo con traje, muy estirado, que parecía querer mirar detrás de él como si fuera un obstáculo inesperado y que no identificaba. Su cara estaba borrosa, pero también todo su cuerpo. Ni siquiera habría sabido decir si era realmente un traje lo que llevaba, a pesar de que así lo había asumido. Pero no sabía quién era. Seguramente nadie, pensó.

Se sentó en una mesa con un ordenador. Sabía que era su mesa de trabajo, pero le entró la duda de si realmente él trabajaba allí. Sabía que aquél era su sitio, su ordenador, su silla. Pero sospechaba que quizás nunca hubiera tenido algo así. Quizás nunca hubiera trabajado en una oficina. Sin embargo, no era capaz de pensar claramente ni de recordar. Vagamente se dio cuenta de que su mente también estaba borrosa, y que no le extrañaría que ésos fueran sus últimos pensamientos coherentes.

Delante de la pantalla, escribió algo que teóricamente era un informe, pero que en realidad eran frases desoladas de amor perdido por ella. No era capaz de leerlas, estaban desdibujadas, pero sabía que eran hermosas y tristes. Las mejores que había escrito nunca.

Entonces un tipo se apoyó en su mesa, con los brazos cruzados, mirando hacia otro lado, pero que claramente venía a verlo a él. Apartó la mirada de la pantalla y se giró hacia el tipo, como si lo conociera.

-Ayer soñé que me moría –le dijo al tipo.

Pero no contestó. Se dio cuenta de que su cara sí estaba definida. Y de que no lo conocía. Apagó la pantalla, avergonzado por si veía lo que estaba escribiendo. Era muy alto, muy delgado. Llevaba un traje de un negro muy intenso, que incluso brillaba de una manera extraña en aquel entorno desdibujado. Su corbata también era negra, y su camisa de un blanco mortecino. Le llamó la atención un anillo gris desdibujado que llevaba en el pulgar. No pudo apartar la mirada de él.

El tipo se volvió, muy despacio, y lo miró a los ojos.

-Lamento tener que ser yo quien te dé la noticia –dijo, con una voz muy grave, y algo rasposa.

Supo a qué se refería. Toda la angustia del sueño de la noche anterior volvió a aparecer salvajemente. Se mareó. El tipo no decía nada más, aunque seguía mirándolo fijamente.

-¿Y entonces esto? -se atrevió a preguntar, señalando alrededor.

El tipo no apartó la mirada.

-Un sueño, claro.

El tipo le puso una mano en el hombro. Sintió que se le clavaban los huesos.

-Lo siento mucho –dijo tras un rato. Pero su expresión no transmitía ninguna emoción.

Se quitó de encima la mano del tipo con miedo y se levantó de su silla. La angustia le había dejado sin fuerzas. Volvió al pasillo, caminando con lo que a él le parecían pasos diminutos, sin conseguir avanzar apenas. Pasó una puerta tras otra, durante una eternidad, ansioso, buscándola dentro de cada una, hasta que por fin la encontró. Estaba tumbada en un sofá. Parecía dormida, pero posiblemente no lo estuviera. Quizás ni fuera real. Quizás nadie allí lo fuera. Se acercó muy despacio y se tumbó a su lado. Miró por un instante sus labios. Sintió su piel.

Pensó que era cierto, que no le quedaba tiempo. Suspiró y apoyó la cabeza en el sofá, junto a la de ella, preguntándose si aún estaría lo suficientemente vivo como para notar su respiración. En cualquier momento él mismo ya no respiraría. O quizás ya no respirara.

jueves, 16 de julio de 2009

Desconfiar. Un poema.

Desconfío de la belleza
de una cara hermosa,
de un cuerpo que se acerca,
de unos ojos que me miran
y de unos labios que no dicen.

Desconfio de mi imaginación,
que me dice que me enamore,
de mi mente,
que la persigue,
y de mis ojos,
que la buscan.

Desconfío de lo que no sé
si existe de verdad
o sólo existe
para clavarme puñales
muy dentro.

Desconfío de la inocencia
del que aún no sabe,
porque algún día cambiará.
Desconfío de un niño,
de un principiante,
de un recién llegado.
Desconfío de mí
cuando era yo.

Desconfío de las intenciones
de cualquiera,
del que no confía en mí,
del que me miente,
de un desconocido
de alguien a quien conozco,
pero no lo suficiente.

Desconfío de mi vocación,
que es esquiva,
que muta,
que siempre me promete ser ella.

Desconfío de mi futuro,
que parece no existir,
porque nunca se manifiesta
aunque siempre esté aquí,
y cada vez más cerca.
Desconfío de no buscarlo.

Desconfío de mí mismo,
de mis pensamientos,
de mis palabras sin meditar,
de mis palabras meditadas,
de mi falta de movimiento,
de mis movimientos nerviosos,
de mi tonta confianza.

Desconfío de estas palabras,
porque no son un poema,
sino palabras
que pretenden curar,
y que no curan sino agravan.

Desconfío de tener miedo,
porque tener miedo es desconfiar,
y desconfiar es no tener.

lunes, 6 de julio de 2009

Tenebrae. (una escena)

La espada brillaba con luz negra. El aire zumbaba a su alrededor. El caballero la miró con desprecio.

-Es la espada que mató a mi padre.

Pero no la soltó. Los ojos del hechicero brillaban con un resplandor rojo mientras lo observaba.

-La vas a usar, ¿verdad?

Sir Reymor no contestó. Su atención estaba concentrada en su filo. Recorrió las muescas y las palabras en latín que tenía grabadas. Incluso le pareció encontrar un resto de sangre seca. Lo rascó con una uña, pero no desapareció.

-No te la vas a quedar porque con ella puedas tener una posibilidad contra el engendro que sirve a Ardenach –siguió Erthenius-. Te la vas a quedar porque te gusta su poder.

Reymor la levantó y la puso frente al sol. Vio cómo la hoja emanaba oscuridad y tapaba toda la luz. Alrededor de los dos surgieron tinieblas. El hechicero apretó los dientes. Sentía el frío del infierno helarle la piel.

-Sí –dijo Reymor al cabo de un rato-. Seguramente sea por eso. Sería una pena destruirla.

La envainó, y el sol volvió a brillar. El hechicero sonrió.

-Entonces ya estamos preparados.

martes, 16 de junio de 2009

Tenebrae. Dioses olvidados.

Theran se arrodilló. Encima de él, la ciudad estaba silenciosa. Achen, el lugar del que hablaban las historias antiguas. La primera capital del imperio. Una ciudad abandonada hacía décadas. Ahora sólo vivían allí recuerdos y restos de sombras. Y ninguno de ellos iba a hacer un ruido que él pudiera escuchar.

El templo estaba polvoriento. Escondido tras un laberinto de catacumbas que habían impedido que nadie ni nada llegaran allí desde hacía siglos. Muchos de los recovecos de las catacumbas tenían restos de cultos cristianos. A Theran le habían parecido cultos heréticos, degeneraciones de aquél conocido como catolicismo, pero sabía que podría equivocarse. Ésa no era su religión. Era una religión que no importaba porque no existía ya. La suya sí. Y estaría más viva porque iba a ver a su diosa por fin. Esta vez sí.

Arrodillado, miró el altar. Vio cómo lo recubría una capa gruesa de lo que cualquiera hubiera dicho que era barro seco, u óxido. Se fijó en la piedra en la que estaba tallado buscando algún grabado.

-Este dios no tiene nombre ya.

Theran había hablado en una voz muy baja, con dolor. Pero el sonido resonó por las paredes y salió por las catacumbas. Le pareció que el silencio de la gruta se hacía más intenso aún. Antinaturalmente intenso. Tocó con miedo su colgante. Representaba a la diosa Niht, diosa de la noche de su antiguo pueblo germánico, el pueblo que ya no existía desde que ya no adoraba a esos dioses, y, menos aún, desde que sólo tenía como señor al dios demonio. Muchas veces pensaba si Nith seguiría existiendo, si dormiría como tantos dioses olvidados, o si se mantendría a la escucha de los pocos adoradores que seguían existiendo en el mundo. Ese mundo era ahora muy oscuro, mucho más que la noche de Niht, y más peligroso. Theran lo sabía, y por eso tenía miedo.

Pero los dedos tocaban su talismán, y su fe eliminó la duda. Se puso de pie sobre el altar, se abrió la túnica a la altura del pecho y sacó un cuchillo de acero negro. Pero, antes, escuchó de nuevo el silencio de las catacumbas. Y las pisadas que no se escuchaban en las calles por encima de él. No oyó nada. Podría haber sentido terror.

Se hizo un profundo corte en el pecho. Reprimió el dolor.

Cerró los ojos y empezó a recitar una letanía en el idioma de la antigua Germania en la que invocaba a su diosa Niht. Las sombras dejaron de ser sombras para convertirse en tinieblas. Su voz llegó a todos los rincones del pequeño templo. La intensificó y la escuchó resonar con eco en las paredes. Repitió la letanía de nuevo, y luego otra vez, y la tiniebla se hizo más densa, creciendo a su alrededor, saliendo de la herida sangrante de su pecho. Hasta que sólo hubo oscuridad, y el brillo sin luz de su sangre que caía sobre el altar.

El silencio que llenaba las catacumbas llegó hasta el templo. Arriba, en las calles, las sombras hicieron aún menos ruido. Theran se calló. El eco de su letanía aún reverberaba en las paredes. Abrió los ojos. La tiniebla era tan intensa que no veía ni sus manos. Pero no era la oscuridad de la noche que buscaba. Y tampoco había nada más. Otra vez había fracasado. Tampoco en este día vería a su diosa. Quizás su maestro tenía razón, y nunca la vería, ni él ni nadie. “Siéntela”, le decía siempre, “y olvídala”. Se dejó caer de rodillas sobre el altar, cansado. La sangre de su pecho se secaba, y la herida le ardía. Estaba furioso.

Sintió el roce de las sombras. Se giró. El silencio era tan intenso que las delataba sin que le hiciera falta invocar el poder de Niht. Ella no estaba allí, pero sí esos demonios. Siempre detrás de su alma. La tiniebla era tan densa esta vez que los demonios lo debían haber rodeado por completo. Normalmente estaría asustado y trataría de huir rezando con la mayor intensidad de la que fuera capaz. Pero esta vez quizás quería matar. O simplemente no le importaba morir.

Su voz resonó con una letanía grave y desgarradora, y un estallido de luz negra salió de su cuerpo y barrió en círculo el espacio que lo rodeaba. Era luz, más intensa que la tiniebla, pero oscura y afilada. Estalló contra las paredes del templo, y con la explosión de luz la tiniebla desapareció. Y la envoltura de las sombras. Ahora, veía cómo lo rodeaban una decena de Theran sintió el miedo atravesar su alma. Era su mirada, ya lo sabía, pero no por ello podía evitar sentirlo. Saltó desde el altar mientras gritaba el nombre de Niht. Fue consciente por un momento de que los demonios que tenía a su espalda, agitando sus garras afiladas y negras, estaban ya pegados a él y que le agarrarían en cuanto tocara el suelo. Pero aun así alzó su talismán y lo dirigió hacia las sombras frente a él que ya casi tenía encima. Su voz esta vez sonó como la voz de su diosa, resonando en todos los mundos, el terrenal, el infernal y el inframundo, y haciendo que las criaturas que tenía delante salieran disparadas con violencia hacia atrás, deshaciéndose antes de chocar contra las paredes.

Unas garras frías y ponzoñosas se clavaron entonces en su espalda, y Theran cayó de rodillas. Miró hacia atrás y las sombras volvieron a clavar sus uñas mientras sus ojos sin fondo buscaban los de Theran como si quisieran absorber su alma. Sus bocas no expresaban nada, ni odio, ni ansia, ni satisfaccion. Sólo unos colmillos sucios que se acercaban a su pecho sangrante. Las garras se clavaban en la espalda de Theran como si fueran ácido. Lo quemaban y sabía que a través de esos agujeros llegaban a tocar su alma. Le dolía como si le estuvieran arrancando la espina dorsal. Un nuevo demonio se tiró sobre él y le clavó las uñas afiladas. Otro le agarró del cuello y le empezó a estrangular, mientras Theran notaba cómo le arrancaban el alma y se la sacaban por las heridas.

Dejó de ver por un instante. Los ojos le fallaron. La cabeza se le nubló. Estaba muriendo. Tan rápido y sin haber conseguido nada. Habiendo fracasado en esa búsqueda en la que había invertido tantos años. Toda su vida. El corazón del imperio. El corazón del averno. Era el peor sitio donde buscar a su diosa, o quizás el mejor, pero sin duda el que más fácilmente podría condenarle al infierno.

Otra garra de ácido negro se le clavó hasta la médulo, y su cuerpo tembló sin que pudiera controlarlo.

Rezó a su diosa. Ofreció su vida, su fe, y la invocó a través del sentimiento que recordaba de aquélla primera vez en que su poder le tocó. La diosa Niht, diosa de la noche, olvidada y desconocida. Durmiente. O quizá muerta. Rezó con toda la fuerza que le quedaba.
El talismán vibró y resonó con los rezos de Theran, y los demonios de la sombra chillaron con una voz silenciosa, se encogieron, retrocedieron, y desaparecieron huyendo por las catacumbas, fundiéndose con las sombras, volviendo a su refugio.

Todo se detuvo y Theran quedó solo. Volvió el silencio, el silencio con ruidos producidos por el viento del exterior, por ratas de las catacumbas y animales salvajes de las ruinas de la ciudad. El silencio que no era mortal. Theran cayó al suelo, exhausto y muy malherido.

-¿Mi diosa? -preguntó con voz entrecortada por el esfuerzo.

Miró como pudo alrededor, pero el templo estaba vacío, igual de sucio y abandonado.

-No ha sido ella -dijo, sin fuerzas-. Ha sido otra vez su esencia, pero no ella.

Cerró los ojos. Quería descansar. Se preguntó si estaría realmente en algún lugar. Y si estaba destinado a encontrarla, o sólo buscaba su propia muerte. Tosió. Pero seguiría buscándola, en otros templos olvidados, incluso en el propio infierno. Tosió de nuevo. Temblaba. En ese infierno al que los demonios se estaban llevando su alma.


(C) 2009. Daniel Pérez Espinosa

martes, 9 de junio de 2009

Dormir. Un poema.

Dormir es renunciar,
refugiarme en el olvido.

Si pudiera olvidar para siempre,
dormiría agarrado a mí mismo
hasta que no quedara nada
de todo ese yo
que me está matando cada día.

Pero como no puede ser,
dormiré igualmente
para olvidarme de mí mientras pueda.

Después, ya veré.

Eso sí,
será otro día menos de mí,
otro que habré perdido.

lunes, 25 de mayo de 2009

Feliz día del orgullo friki!!!

A todos los frikillos y frikillas que hay por el ciber-vacío lleno de ciber-orejas, ¡¡¡feliz día del Orgullo Friki!!!

jueves, 14 de mayo de 2009

Hospitales, mariposas

Una mariposa taladrada en la muñeca, recuerdos que llegan sin darme cuenta, agotándome, dejándome indefenso ante las imágenes de lo que pasó y no quería recordar.

Una habitación de hospital, demasiado familiar, demasiadas veces, pero una en particular que no soy capaz de soportar. Y tardo en darme cuenta de que ese recuerdo está ahí torturándome.

Y salgo, y la imagen de él se mezcla con la nueva imagen de esa habitación y de esa mariposa de maldito plástico que taladra las venas.

Demasiados recuerdos de demasiado esfuerzo por salvar lo que no se podía salvar (y él ya lo sabía pero yo no quería verlo).

Pensé que estaba recuperado, pero sólo había enterrado esa angustia horrenda en una estructura de hormigón que voy a volver a sellar en cuanto termine esta línea.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Ophelia Carter. Requiescat in pace.

Relato escrito por Nely en honor del personaje de Ophelia Carter, fallecida en la campaña de Cthulhu "Los hongos de Yuggoth". Nos demostró que la magia es adictiva en el mundo de Cthulhu, y peligrosa.

Blog Los Ojos de la Sluagh.

No te olvidamos.

sábado, 2 de mayo de 2009

lunes, 27 de abril de 2009

Tenebrae II. Una ambientación de rol.

Europa, año 981. Los profetas locos hablan del fin del mundo y del Juicio Final mientras vagan por los caminos polvorientos. Las gentes miran la oscuridad que envuelve los días, las muertes que los acompañan y las sombras que la niebla maldita ha traído a sus almas, y saben que es verdad.

Hace dos siglos, el imperio de Carlomagno dominaba gran parte de la Europa occidental, unificándola, con la religión cristiana como estandarte. Todos los distintos reinos formaban parte o rendían pleitesía al emperador.

Después, el imperio se fue disgregando, hundiéndose en su propia autocomplacencia, y pequeños reinos y feudos independientes crecieron por toda Europa.

El imperio seguía siendo el eje religioso de Europa, pero en algún momento se corrompió, y esa corrupción vino de dentro de la propia Iglesia carolingia. Algo ocurrió en Aquisgráh, la antigua capital, una masacre tan desproporcionada que la sangre inundó las calles. Nadie sabe quién fue ni qué pasó, pero desde lejos, dicen los pocos bardos que se atreven a cantar la historia, se veían las alas de los demonios flotando sobre la ciudad en un baile macabro. Se dice que la ciudad, ahora una inmensa extensión de ruinas, está plagada por las almas de los que murieron en aquéllos días, y que vagan condenadas a un sufrimiento eterno.

Fueron meses de muerte y caos que se extendieron por todo el imperio. La gente cayó en el pánico de lo desconocido, se vieron desamparadas, no protegidas por sus señores ni sus sacerdotes. La muerte y la oscuridad se extendieron como un velo sobrenatural, y el día no volvió a tener la misma claridad.


De entre la muerte apareció un nuevo emperador, y el orden volvió al imperio poco a poco. Pero era una nueva iglesia la que lo sustentaba, una iglesia regida por un Sumo Sacerdote al que nadie nunca veía, Laenandus el Único. El símbolo de esta iglesia era una cruz griega negra y afilada, y se hacía llamar la Congregatio Magna. Adoraba a un antiguo dios mesopotámico, Baal, un dios siniestro asociado con el Infierno, mezclando sus enseñanzas con las de una deforme religión cristiana. Sus creencias oscuras, daban una solidez tenebrosa al poder del emperador, y se propagaron veloces por el imperio, portadas por sacerdotes cuya palabra hacía debilitarse hasta las más fuertes de las voluntades, doblegándolas a la Congregatio y al Imperio.

Poco a poco, el Imperio volvió a ser fuerte, y los reinos vecinos empezaron a caer bajo su poder. Se habla de una fría y densa niebla que puebla los territorios del Imperio, y que se extiende lentamente filtrándose por los territorios vecinos, calando las almas de los campesinos y los soldados. Y, cuando eso ocurre, las voluntades se debilitan y las tropas imperiales arrasan y conquistan sin apenas resistencia, matando con crueldad y apoderándose de las tierras y las gentes para absorberlas dentro de su Imperio. Los sacerdotes de la Congregatio aparecen después, sin perder un instante, sometiendo las almas vulnerables, atándolas en las sombras frías de su doctrina.

Durante las últimas décadas, casi toda Europa ha ido cayendo bajo el filo del Imperio y la Congregatio. Condenado por su niebla maldita, ningún ejército ha sido capaz de mantener la fortaleza de espíritu como para frenar a sus tropas de Soldados sin Alma, guerreros sin miedo y sin voluntad, más parecidos a demonios que a seres humanos. Hay quien dice que antaño eran humanos que fueron absorbidos por la maldición de la niebla fría y oscura que puebla el imperio. Los soldados sin alma están dirigidos por los Caballeros Sacroimperiales, despiadados guerreros que parecieran haber hecho un pacto con el diablo por su fuerza y su poder inquietante.

Después de las batallas, los campos llenos de cadáveres se pueblan de demonios Recolectores de Almas, que se llevan a los moribundos a los rincones más oscuros del Infierno, donde Baal reina, para disfrutar de sus tormentos eternos.

Mientras tanto, y emperador tras emperador, Laenandus, el Sumo Sacerdote, observa y dirige todo desde la fortaleza de Ansbach. Dicen los profetas locos que Laenandus no envejece porque espera a que el propio Baal le traiga su alma, escondida en lo más profundo del Infierno.

Y tras la Congregatio, como un poder que se mantiene escondido, pero que es indestructible, la Ordo Nicra, una orden de magos formada en la tradición romana y mesopotámica, y corrompida también por el poder de Baal. Sus archihechiceros son temidos por todos los hacedores de hechizos de las tierras europeas, puesto que se dice que su magia negra es la causante de la niebla tan terrible que somete las almas y las voluntades de reinos enteros.

Casi toda Europa está sometida al Imperio. Los reinos y feudos ibéricos, francos, italianos, germánicos... Y lentamente sigue expandiéndose, sin encontrar freno. Otros feudos y reinos se han rendido voluntariamente al imperio, aunque no por ello sufren menos el sometimiento de las almas que la Congregatio trae consigo, la religión oscura que domina todas las voluntades y elimina todo deseo de libertad individual. Y muchos otros han sido conquistados y arrasados, convertidos en lugares de sufrimiento donde las gentes luchan por sobrevivir entre campos quemados y estériles y ciudades destruidas.

Sin embargo otros reinos, más alejados, aún no han sido conquistados del todo. Inglaterra lucha en esta época por su supervivencia, resistiendo oleadas de barcos traídos por las aguas negras que han empezado a rodear sus costas. Las tierras escandinavas se refugian en sus nieves eternas para protegerse de los demonios en armadura que caminan por los yermos helados quemando el suelo bajo sus pies. En las tierras de los Caballeros Teutones, también al norte, éstos luchan ferozmente de igual a igual contra los Caballeros Sacroimperiales, portando su fe salvaje como arma emponzoñada contra la oscuridad infernal.

También, dentro del imperio, algunos feudos resisten la expansión. Bien pequeñas regiones escondidas en bosques densos e impenetrables como la Selva Negra, bien lugares donde antiguas magias y reminiscencias de dioses paganos han impedido que la niebla se haga fuerte y donde sus defensores se han mantenido firmes, como determinadas regiones del sur de Francia, donde los dioses celtas aún perviven en los árboles, o las áridas tierras de Grecia, donde las brujas Thesálicas mantienen vivo el poder de los oscuros dioses griegos del Hades.

Otros grupos luchan contra el imperio, sabiendo que cada uno de ellos que muere nunca será reemplazado y es una cuenta atrás para la desaparición absoluta. Tradiciones antiguas enfrentadas a Baal desde hace siglos, como los Caballeros de Baphomet, que han traído su lucha desde las tierras del Oriente Próximo; o la Ordo Nobilis, descendientes de los altos magos carolingios, traicionados y casi destruidos durante la masacre de Aquisgrán.

Algunos buscan una venganza grabada en los siglos; otros buscan el poder de la Congregatio o de la Ordo Nicra; unos pocos buscan justicia y erradicar el mal del mundo. Muchos luchan sólo por sobrevivir.

Y todos saben que es una lucha sin posibilidades de vencer. Como mucho, podrían aspirar a robar algo del poder del que ahora goza el imperio. Pero no importa, porque se acerca el fin del mundo, el año Mil. El momento en el que el Averno abre sus puertas para engullir la tierra.


(C) 2009 Daniel Pérez Espinosa

jueves, 16 de abril de 2009

Ha muerto Dave Arneson, co-creador de los juegos de rol

Una necrológica rolera:

Ha muerto Dave Arneson, el co-creador del Dungeons & Dragons (como sabéis, querid@s munchkins, el primer juego de rol).

Gary Gygax (el otro co-creador) murió el año pasado, así que los padres del rol nos abandonan después de largas décadas fomentando la cultura friki-rolera.

Descansen en paz.


lunes, 16 de febrero de 2009

Nuestra campaña de rol de Cthulhu :)

Nuestro máster, Félix, se lo ha currado. Es un trailer de la campaña de La llamada de Cthulhu que estamos jugando :)



Gracias Félix!

sábado, 7 de febrero de 2009

Justicia divina


La vida no es justa. La gente se muere sin merecerlo. Sufre aunque no haya motivo. La despiden aunque sea buena en su trabajo. Y los hijos de puta y los trepas siempre joden a los demás y se van de rositas a pesar de la famosa Justicia Divina, que no sé cuando llegará, pero que igual es un mito.

jueves, 5 de febrero de 2009

Guerra

Veo que el dia a dia se parece demasiado a una batalla.

Estar al frente de un pelotón diezmado por las bajas, luchar cada día entre trincheras, arrastrándose bajo las balas enemigas para alcanzar los objetivos, recibiendo órdenes contradictorias de nuestros mandos, algo que desde luego no nos va a llevar a la victoria, sino que conseguirá que nos vayamos dejando la vida inutilmente por una guerra con un fin nada claro, y en la cual cualquier día pueden firmar la tregua o retirarse sin importar cuantas heridas hayamos recibido, cuanto hayamos expuesto nuestras vidas, ni cuantos compañeros hayan caído en esa inutilidad.

No puedo evitar sentirme así cada día, al volver de esas malditas trincheras.

miércoles, 28 de enero de 2009

Informe sobre publicaciones de rol en España en 2008

En la web Utilidades d20 se publica un informe sobre las publicaciones de rol que se han hecho en España durante el 2008. Es muy completo, totalmente friki, pero también muy interesante para quien no sea rolero. Con gráficas incluidas. Joer, es mucho más divertido de leer que un informe del trabajo :)

http://www.utilidades-d20.com/semanarios/SUd20.153.htm

domingo, 25 de enero de 2009

Unspeakable vault of doom

Esto para roleros: una tira cómica sobre nuestro gran amigo Cthulhu y sus colegas.
En ésta, con investigadores como invitados especiales. ¿Alguien se da por aludido? :-p

Aquí las tiras originales: http://www.macguff.fr/goomi/unspeakable/home.html
Y aquí traducidas: http://www.psnrol.com/sotano/