La oscuridad no existe hasta que uno abre los ojos.
Antes de eso no es oscuridad, sino mantener los párpados cerrados, no buscar y no querer mirar. Vivir en comodidad, caminar solo, moverse a ciegas sin querer otra cosa.
Después, un día abrimos los ojos, buscamos algo. Y, si sólo hay oscuridad, ya no dejamos de verla.
Ahora está oscuro.
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